martes, 16 de febrero de 2010
domingo, 14 de febrero de 2010
¿Que fue la Guerra Fría?
Este enfrentamiento tuvo lugar a los niveles político, ideológico, económico, tecnológico, militar e informativo sin que ninguno de los dos bloques tomara nunca acciones directas contra el otro.
Estas dos potencias se limitaron a actuar como "ejes" influyentes de poder en el contexto internacional, y a la cooperación económica y militar con los países aliados o satélites de uno de los bloques contra los del otro.
Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos comprometidos, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos superpotencias deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.
Antecedentes históricos de la Guerra Fría
Para comprender el inicio de este conflicto desde 1945 es importante remontarse al año 1917 donde se produjo la Revolucion Bolchevique en Rusia y se presenta el comunismo como una alternativa frente al capitalismo.
Es importante resaltar que si bien esta iniciativa surgió a comienzos del siglo XX, en el siglo pasado Karl Marx, un reconocido filósofo y economista había publicado el libro El Capital, el cual criticaba fuertemente las políticas económicas y proponía at través del comunismo, un nuevo concepto donde las clases sociales no existen y el estado desaparece.
Años más tarde y durante la Segunda guerra mundial, en el año 1941 los Alemanes, a pesar de haber firmado un trato de no agresión el año anterior, invaden Rusia. La heróica resistencia sovíetica evitó que los Nazis invadieran Moscú, quienes se fueron debilitando a raíz del fuerte invierno. Esta acto fallido no solo representó un cambio significativo en la historia de la guerra fría sino que mostró el poderío y la fuerza bélica y territorial de los rusos.
Telegrama largo e inicios de la guerra fría
En febrero de 1946, George Kennan escribió desde Moscú el conocido Telegrama Largo, en el que se apoyaba una política de inflexibilidad con los soviéticos, y que se convertiría en una de las teorías básicas de los estadounidenses durante el resto de la Guerra Fría. En septiembre de ese mismo año, los soviéticos respondieron con otro telegrama firmado por Nóvikov, aunque "co-escrito" con Viacheslav Mólotov; en este telegrama se sostenía que Estados Unidos usaba su monopolio en el mundo capitalista para desarrollar una capacidad militar que creara las condiciones para la consecución de la supremacía mundial a través de una nueva guerra.
Semanas después de la recepción del "Telegrama Largo", el primer ministro británico Winston Churchill pronunció su famoso discurso sobre el Telón de Acero en una Universidad de Misuri. El discurso trataba de promover una alianza anglo-estadounidense contra los soviéticos a los que acusó de haber creado un "telón de acero" desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático.
La guerra fría y el Nuevo Orden Mundial
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo queda bajo el dominio hegemónico de las dos grandes potencias vencedoras, Estados Unidos y la Unión Soviética. Estos dos países alcanzan un importante desarrollo económico y político durante este periodo, que les permite, más adelante, extender sus influencias sobre otros países, tanto en los continentes Europeo y Asiático, como en América latina, y de esta manera dar paso a un nuevo periodo que, si bien no fue de guerras, fue de importantes enfrentamientos entre ambas potencias conocido como la Guerra Fría. Este periodo, se caracterizó por la fuerte imposición del capitalismo, liderada por Estados Unidos, y del comunismo, a cargo de la Unión Soviética, que determinaran un mundo dividido en dos grandes bloques, cada uno conformado por países pertenecientes a estos dos sistemas y aliados de sus países líderes. Así, tras las luchas entre ambas potencias quienes ponen en el intermedio a sus aliados, el mundo queda dividió en dos grandes bloques: el bloque capitalista conformado por la Europa Occidental, Alemania Occidental, América, con excepción de Cuba, y Corea del Sur en el continente asiático, y el bloque comunista compuesto por la Europa Oriental, Alemania Oriental, Cuba, Corea del Norte y China.
La Segunda Guerra Mundial: El gran paso a una nueva guerra
Es en esta etapa donde inician las primeras tensiones entre las dos potencias. El fin de la guerra, mostró una Europa devastada, con gran cantidad de personas muertas o desaparecidas. En el caso de Gran Bretaña, el país perdió su carácter de primera potencia al quedar sumamente endeudada. Por su parte, Alemania, principal vencida, debió afrontar los más altos costos y la división del país entre los vencedores.
Por otra parte, las tensiones entre las dos nuevas superpotencias se siguieron incrementando años más adelante cuando mostraron sus discrepancias en cuanto a la división del territorio Europeo. De hecho, el caso de Polonia se convirtió en el principal escaparate de las discrepancias sobre la futura Europa que mantenían soviéticos y occidentales.
Durante la Conferencia de Yalta, en febrero de 1945, los aliados trataron de crear un marco sobre el que trabajar en la reconstrucción de la Europa de la posguerra, pero no se llegó a ningún consenso y tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los soviéticos ocuparon Europa del Este, mientras que las fuerzas estadounidenses y sus aliados se mantenían en la Europa Occidental.
Para el mantenimiento de la paz mundial, en el mismo año de 1945 los aliados crearon las Naciones Unidas, pero su capacidad de actuación estaba limitada por el Consejo de Seguridad, en el que las potencias victoriosas de la II Guerra Mundial se aseguraron el poder de vetar aquellas acciones contrarias a sus intereses.
En la Conferencia de Potsdam, iniciada a finales de julio de 1945, emergieron las primeras diferencias relevantes acerca de Alemania y la Europa del Este. En ella, los participantes de la conferencia no ocultaron sus antipatías, y Truman informó a Stalin de que los Estados Unidos habían creado una nueva arma.
Stalin, que ya estaba al tanto de los avances estadounidenses en el desarrollo de la bomba atómica, expresó su deseo de que aquella nueva arma fuera usada contra Japón. Una semana después de finalizar la conferencia, los Estados Unidos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.
El Plan Marshall: Una politica con intereses bajo la manga
El Programa de Recuperación Europea (ERP por sus siglas en inglés), mejor conocido como Plan Marshall por el Secretario de Estado George Marshall, fue un plan promovido por Estados Unidos con el fin de pagar gran parte de la reconstrucción de los países Europeos que habían quedado asolados después de la Segunda Guerra Mundial, además de extender y afianzar la influencia económica, política y cultural de los Estados Unidos en el mundo occidental.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el continente Europeo se encontraba en una situación deplorable por las consecuencias significativas que esta guerra había traído sobre sus países, quienes presenciaron una fuerte crisis económica. Con el Plan Marshall Estados Unidos planteó, como primer objetivo, la “contención” de la expansión socialista por causa de la amenaza que ahora la Unión Soviética significaba después de que esta rompió todo tipo de lazos con Estados Unidos y se dedicó a recuperar su economía de los estragos de la guerra, así como a mostrar al mundo su capacidad de organización social. Esto le permitió, posteriormente, imponer el comunismo sobre la Europa Oriental gracias al prestigio que esta ideología había tomado sobre la URSS y al fuerte desarrollo económico que presenció en la época de 1948. Y, como segundo objetivo, planteó una solución a las preocupaciones de los dirigentes norteamericanos, quienes temían que la economía de su país se desplomara por causa de la caída de la economía Europea, que consistía en aportar considerables sumas de dinero a este continente.
La implantación del Plan Marshall en los países europeos trajo consigo la más intensa propaganda internacional debido a que este no solo se limitó a actuar sobre el campo económico, sino que también se aseguró de proyectar los patrones culturales de Estados Unidos sobre Europa.
A partir de 1948, los norteamericanos exportaron a Europa cientos de documentales y programas de radio, miles de noticieros cinematográficos y millones de panfletos propagandísticos. Promovieron conciertos y concursos de ensayos, entre muchas otras actividades, así como globos con mensajes pro-Estados Unidos que fueron lanzados en las fronteras de los países que se encontraban bajo la órbita de la URSS. De esta manera, Estados Unidos buscaba influir en la mayor cantidad posible sobre las mentes europeas para dirigir las actitudes y mentalidades hacia la visión del mundo estadounidense, el cual era considerado como un modelo de éxito.
Esta extensa promoción se dirigió primordialmente a los trabajadores, quienes conformaban la clase social más vulnerable al comunismo y por ser los principales consumidores potenciales de los productos norteamericanos. En la propaganda estadounidense se insistía en los beneficios de la producción en masa y se mostraban escenas de prosperidad apoyadas en el consumismo (de productos norteamericanos), poniendo a Estados Unidos como modelo de civilización y opulencia y creando, de esta manera una visión, americanizada del futuro.
La reacción de la URSS al Plan Marshall fue de rechazo total. Stalin vio en este programa de reconstrucción un complot para revitalizar a Alemania como instrumento antisoviético. Así lanzó una intensa campaña comunista para contrarrestar la propaganda americana. Por otro lado, Francia, que desconfiaba de las intenciones norteamericanas, propuso su propia versión de una Unión Europea, llamada la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1951), que se creó como alternativa a los planes de integración europea de los Estados Unidos.
Entre las principales consecuencias del Plan Marshall, se encuentran la enorme prosperidad económica que gozó Estados Unidos debido a que los fondos del Plan habían de gastarse en la adquisición de productos norteamericanos, lo que expandió la producción y la gran prosperidad económica que Europa Occidental alcanzó con el mismo.En el plano geopolítico, el Plan Marshall sirvió para definir la división entre los países capitalistas y los comunistas consolidando, de esta manera, la división del continente en dos ámbitos de hegemonías que determinaron los dos grandes bloques del mundo. Sin embargo, sus consecuencias no fueron del todo positivas pues los trabajadores vieron directamente afectada su situación, debido a la poca prioridad que el plan le daba a esta clase social.
El Bloqueo de Berlín: El primer gran conflicto
El bloqueo de Berlín fue el primer gran conflicto de la Guerra Fría que tuvo lugar entre el 24 de Junio de 1948 y 12 de Mayo de 1949, después de la división del territorio alemán tras el final de la Segunda Guerra Mundial, donde los accesos por tierra a Berlín Occidental fueron bloqueados en 1948 por el Ejército Rojo.Después de la Segunda Guerra Mundial, las potencias vencedoras estipularon que la antigua capital del Reich, así como el resto de Alemania, sería ocupada y administrada provisionalmente por las tropas aliadas. El 11 de Febrero de 1945, se convocó la Conferencia de Yalta con el fin de establecer la división de Alemania y Berlín, a la cual asistieron Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética, aunque a Francia también se le atribuye posteriormente parte de este territorio a pesar de no haber sido invitado a la conferencia.
De esta manera, se celebra unos años después, La Conferencia de Potsdam, que se llevó a cabo entre el 17 de junio y el 2 de agosto de 1945, con el fin de ratificar la partición de Alemania entre las cuatro potencias vencedoras y establecer la división de Berlín, de una manera similar a la que se repartiría el país. Esta ciudad no era considerada parte de Alemania, ni de la occidental ni de la oriental, sino que se encontraba oficialmente bajo el régimen de las cuatro aliados victoriosos de la Segunda Guerra Mundial, donde la URSS ocupaban un gran sector de la parte oriental de la ciudad, los norteamericanos tenían un sector en el sur, los británicos en el oeste y los franceses en el norte. Por su parte, la Alemania occidental fue ocupada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, mientras que la Unión Soviética ocupó la parte oriental, donde se encontraba Berlín.
En 1948, los representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se reunieron y firmaron los Acuerdos de Londres para iniciar un proceso jurídico en sus zonas de ocupación y el 18 de junio de 1948 crearon una nueva moneda: el Deutschemark; por su parte, los soviéticos reaccionaron aplicando una reforma en su zona en la que incluyeron a la ciudad de Berlín, a la que consideraban parte integrante de la zona soviética.
El “Bloqueo de Berlín” inicia cuando los países dueños de la zona occidental tratan de introducir el Deutschemark en sus zonas de ocupación de Berlín pero son detenidos por las fuertes protestas soviéticas que se levantaron contra este acto, impidiendo toda comunicación terrestre y fluvial entre las zonas de ocupación occidentales en Alemania y Berlín occidental. Las razones principales que permitieron que se llevara a cabo el bloqueo de Berlín fueron el hecho de que las cuatro potencias ocupantes nunca negociaron acuerdos acerca del acceso a Berlín y la conducta de las potencias occidentales, quienes pusieron fin a los acuerdos de Potsdam. La moneda antigua, ya desvalorizada, fue enviada a la Alemania Oriental, creando el peligro de causar enorme daño a la economía de esta zona.
Por su parte, los norteamericanos, con una pequeña ayuda británica y como forma de reacción, organizaron un puente aéreo que, durante once meses y un sin número de vuelos, consiguió abastecer a la población de Berlín Occidental rehusándose, de esta manera, a abandonarla.
El 12 de mayo de 1949, Stalin levantó el bloqueo de Berlín pero las disputas entre los países ocupantes continuaban. El 8 de mayo de 1949 se adoptó la ley fundamental de la República Federal de Alemania, cuya constitución estableció un sistema liberal democrático y contó con la aceptación de las potencias occidentales; mientras que la URSS respondió, el 7 de octubre de 1949, con la proclamación de la constitución de la República Democrática de Alemania, que estaría sometida a una dictadura comunista.
Por causa de la represión a la que ahora estaba sometida la “Alemania Soviética”, se generó, en junio de 1953, una serie de protestas por parte de los trabajadores de un proyecto en Berlín Oriental (la Avenida Stalin o Stalinalke) quienes reclamaban un aumento del diez por ciento en los objetivos de producción, logrando atraer de esta manera a una gran cantidad de personas que también reaccionaron frente a esta represión. Sin embargo, esto no se quedó en una simple protesta y, por lo contrario, aumentó el deseo de muchos por huir de la República Democrática de Alemania que se evidenció a finales del bloqueo, donde muchos lo hicieron a través de Berlín. Como respuesta a este hecho, soldados de la RDA y miembros del ejército levantaron, el 13 de Agosto de 1961, una serie de fortificaciones cuya finalidad era impedir la huída de la dictadura.
Pocos días después, las fortificaciones fueron reemplazadas por un muro de hormigón, conocido como el Muro de Berlín, alrededor del Berlín Occidental, al que se le sumaron una seria de edificios que cercaban la zona, de tal manera que solo quedaban dos puntos de paso fuertemente vigilados entre las dos partes de la ciudad. Por su parte, Estados Unidos respondió enviando un contingente militar a la ruta terrestre hacia Berlín para reafirmar los derechos de acceso.
No obstante, el Muro de Berlín no logró disminuir el deseo de libertad frente a este régimen y, entre 1961 y 1989, se siguieron produciendo fugas que provocaron a su vez gran número de muertes. El final de la situación no pareció posible hasta el inicio de la perestroika de Gorbachov y a partir de 1988, el dirigente soviético se percató de que el mantenimiento del sistema comunista en la URSS exigía limitaciones del gasto militar y la retirada de algunas zonas de influencia. El final de este régimen tan represivo se produjo el 9 de noviembre de 1989, cuando, de manera espontánea, un grupo de ciudadanos a los que pronto se sumaron funcionarios comenzó a demoler el Muro.
La doctrina Truman: Una politica de contención
La doctrina Truman, que recibió su nombre gracias al presidente Harry S. Truman, fue una política de “contención” adoptada por Estados Unidos con el fin de proporcionar un soporte a gobiernos que se resistían al comunismo, empezando con Grecia y Turquía quienes dejaron de recibir apoyo por parte de Gran Bretaña.
Ante la renuncia de Gran Bretaña frente al apoyo económico y militar a Grecia y Turquía, el Presidente norteamericano Harry Truman, se dirigió al congreso, el 12 de Marzo de 1947, para anunciar un cambio importante en los objetivos y estrategias de la política exterior. El propósito de este discurso era, principalmente, destacar la responsabilidad que debía adoptar Estados Unidos en defensa del “mundo libre” frente a la represión de los regímenes totalitarios y comunistas, pidiendo de manera concreta la autorización de una ayuda económica para Grecia y Turquía que oscilaba entre los 400 millones de dólares y, que a su vez, tenía intenciones estratégicas, por ser estos países una vía de acceso al Mar Negro y al corazón de la Unión Soviética. El argumento que el presidente dio a su congreso no fue otro que la supuesta intención de la Unión Soviética por expandir sus dominios, aprovechando la situación de Grecia para apoderarse de este país y más delante de Europa, el Oriente Medio, y Asia.
De esta manera, con el discurso propiciado por su presidente, Estados Unidos acepta, no solo un compromiso de ayuda y soporte con Grecia que se encontraba en una guerra civil entre un gobierno conservador pro-occidental y guerrillas comunistas, y con Turquía que, a su vez, se encontraba bajo la presión soviética, sino también la evidente decadencia de Gran Bretaña que pudo realizar un papel de contrapeso en este periodo de posguerra. Sin embargo, el discurso de Truman generó oposición alrededor del mundo, donde los partidos comunistas de la Europa Occidental manifestaron su protesta frente a esta nueva política.
Por su parte, la Unión Soviética, según el Compendio de Historia de la URSS y la Historia de la Política Exterior de la URSS, consideró la política exterior de Estados Unidos como un derecho creado por este país para intervenir en los asuntos internos de otros y así evitar la expansión de la influencia comunista
Así pues, con la Doctrina Truman, se empieza a evidenciar la división del mundo en dos grandes bloques: el primero que consta de Norteamérica y sus zonas de influencia y, el segundo, compuesto por los soviéticos y los países bajo su dominio. Posteriormente, esta división se hará más evidente con el Plan de Recuperación Económica, propuesto también por Estados Unidos.
La Guerra de Corea: Lo que pudo llegar a ser una tercera guerra mundial
La Guerra de Corea fue un conflicto bélico entre Corea del Norte y Corea del Sur que se desarrolló entre el 25 de Junio de 1950 y el 17 de Julio de 1953, durante el periodo de la Guerra Fría, donde ambos fueron apoyados por la Unión Soviética y Estados Unidos, respectivamente, por defender las mismas ideologías que sus países aliados. Al término de la Segunda Guerra Mundial, Japón, tras rendirse luego de soportar dos bombardeos atómicos, perdió a Corea, una de sus colonias que fue ocupada por la Unión Soviética y Estados Unidos. Tras el estallido de la Guerra Fría, estas dos potencias dividieron el país en dos estados delimitados por el paralelo 38º: Corea del Norte, el cual estuvo dominado por la URSS y donde se estableció una “Repulbica Popular” dirigida por Kim II Sung; y Corea del Sur bajo la influencia de Estados Unidos, en la cual se estableció una dictadura pro-norteamericana a cargo de Syngman Rhee. Tras el triunfo de la revolución comunista en China y una vez establecida la alianza entre este país y la Unión Soviética, Stalin aceptó un ataque a Corea del Sur, con el fin de recuperar territorios en Asia que compensarían sus pérdidas en Europa, y al mismo tiempo que extendería la influencia del comunismo sobre el continente. Así, el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim II Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron hacia el sur, reduciendo el territorio surcoreano a uno muy pequeño en torne a Pusan. Estados Unidos, por su parte, tuvo una reacción inmediata ante el ataque y ese mismo día el presidente Truman ordenó al general MacArthur que proporcionara a Corea del Sur la ayuda y la protección militar que fuera necesaria. A su vez, la ONU también intervino a través del Consejo de Seguridad, convocado por Washington, y, aprovechando que el delegado soviético no acudió a la convocatoria, dio su apoyo a Norteamérica que dirigió y financió las operaciones en defensa de Corea del Sur. De la misma manera, Japón, Canadá, Reino Unido, Colombia, Australia, Nueva Zelanda, Francia, Sudáfrica, Turquía, Grecia, Tailandia, Holanda, Etiopía, Las Filipinas, Bélgica y Luxemburgo, se unieron a los norteamericanos, creando el Grupo de Operaciones Especiales Smith, que estuvo a cargo del General Douglas MacArthur. Esto logró que, en Noviembre de 1950, las fuerzas estadounidenses avanzaran hasta la frontera de Manchuria, desde donde fueron obligadas a retroceder al sur del paralelo 38, y que, a principios de 1951, lograran llegar hasta la cuidad de Seúl. En ese momento, el general MacArthur propuso el bombardeo atómico de China con el fin de extender el enfrentamiento y así crear una posibilidad de erradicar definitivamente el comunismo, a pesar de que esto les trajera una futura guerra contra la Unión Soviética. Sin embargo, el gobierno estadounidense rechazó su propuesta y, por lo contrario, lo destituyó de su cargo. Finalmente, el 27 de Julio de 1953, tras una serie de negociaciones entre el presidente estadounidense Dwight Eisenhower, sucesor de Truman, y Gheorghi Malenkov , jefe de gobierno de la URSS que sustituyó a Stalin después de su muerte, se firma el tratado de paz entre las dos naciones, quedando de nuevo como línea de división el paralelo 38º.
La Guerra Fría en América Latina
El segundo paso se dio en Bogotá, Colombia, en marzo de 1948, con la creación de un organismo: la Organización de Estados Americanos (OEA). Los Estados miembros se comprometían a mantener una solidaridad continental (deseada por EEUU) y una no intervención total (deseada por América Latina), junto con los principios de democracia, cooperación económica, justicia social y derechos humanos.
De 1952 a 1954 Estados Unidos firmó pactos de ayuda a la defensa mutua con 10 países latinoamericanos: Ecuador, Cuba, Colombia, Perú, Chile, Brasil, República Dominicana, Uruguay, Nicaragua y Honduras. Los acuerdos comprendían intercambios de equipos y servicios militares, envío de materias primas estratégicas y un compromiso de restricción de comercio con el bloque soviético.
En 1959 la alternativa revolucionaria llega al poder. Fidel Castro se había mostrado como un reformista demócrata contra el dictador Batista en Cuba. A comienzos de 1959, Fidel hizo proposiciones a los soviéticos; a finales de año, Cuba ya recibía ayuda económica desde Moscú. En un año se había dado un cambio total en las relaciones comerciales: de una dependencia comercial aplastante de los EEUU pasó a una dependencia comercial aplastante de la URSS. Desde entonces la ayuda militar soviética comenzó a derramarse en Cuba.
La nueva política, según se anunció en 1961 tenía dos aspectos distintos. El primero era un importante programa de desarrollo económico y una reforma social, bautizada como Alianza para el Progreso y sería llevado a la práctica por los gobiernos democráticos. También se prometió impulsar las entidades multilaterales de EEUU y Europa para que aumentaran el flujo de capital a América Latina.
El segundo aspecto de la política emprendida por EEUU en 1961, consistía en una intensificación de la contrainsurgencia, mediante el cual el gobierno estadounidense ayudaría a América Latina a combatir contra los movimientos guerrilleros.
A EEUU le interesaba identificar y respaldar a los dirigentes reformistas, proporcionándole ayuda económica para lograr el crecimiento y al mismo tiempo ofreciéndoles los medios para vencer a los rivales armados internos que pudieran contar con ayuda soviética o más probablemente cubana. EEUU apostaba por los reformistas anticomunistas para dirigir la marea histórica latinoamericana y producir naciones más prósperas, más igualitarias y por ello más fuertes, con intereses compatibles con los suyos.
Durante estos años, la CIA siguió llevando a cabo complots para asesinar a Castro, pero todos fracasaron. Mientras tanto Fidel fortalecía su dominio del país y consideró extender la revolución a otras partes de América Latina.
Los soviéticos se envalentonaron por la debilidad estadounidense y decidieron actuar. Durante 1962, inundaron Cuba de equipo militar que incluía misiles. EEUU consiguió que la OEA aprobara un decreto contra todos los barcos que transportaran armas a Cuba. Se siguió un alarmante enfrentamiento y los soviéticos acabaron accediendo a retirar los misiles, siempre y cuando EEUU prometiera levantar el bloqueo y diera seguridades de no invadir Cuba en el futuro.
La crisis de los misiles de octubre de 1962 tuvo grandes implicaciones en las relaciones de América Latina con EEUU y el mundo. Primero se forzó a los soviéticos, mediante la amenaza de ataque directo, a desistir de la ventaja estratégica que trataban de lograr en Cuba. En la práctica se ratifico la hegemonía de EEUU en América Latina, excepto en Cuba. En segundo lugar EEUU prometió no entrometerse en el primer experimento socialista de América Latina. Con el respaldo del subsidio soviético, Cuba se aboco a dos tareas: cimentar la revolución en Cuba y exportarla a otros lugares del continente americano.
En 1970 el fracaso de la alianza para el progreso era evidente. Además la meta de fomentar la democracia chocó con la de impedir más Cubas. Se esperaba que gobiernos electos fomentaran el crecimiento económico al tiempo que llevaban a cabo una reforma social.
Nixon fue el primer presidente estadounidense que tuvo que tratar con un jefe de Estado marxista electo en América Latina. La victoria de Salvador Allende en Chile, fue la prueba de que EEUU, comprometido públicamente con la reforma social, no aceptaría movimientos de izquierda. Aunque el régimen de Allende nunca alcanzó un estado revolucionario, la administración Nixon estuvo determinada a usar cualquier medio para impedir que Allende tomara posesión o, si fallaba esto, para acelerara su caída. EEUU desactivó la inversión privada en Chile, al mismo tiempo que se ordeno a la CIA diseñar un plan para acosar al gobierno chileno. Se gastaron al menos 10 millones de dólares en subsidio a prensa opositora (en especial dirigidas a “El Mercurio”).
La influencia Soviética sobre América Latina
En el gobierno de Nikita Jruschov, la política soviética consistía en desarrollar la industria en los países del Tercer Mundo, las cuales generarían proletariado, y así, la influencia comunista se expandiría con esta nueva clase social. Como ejemplo, tenemos a la Cuba comunista, que poseía una gran presencia de tropas soviéticas en su territorio. Sin embargo, en el gobierno de Brezhnev, la política soviética se redujo al envío de consejeros y abastecimiento material pues la URSS ya no contaba con recursos técnicos ni materiales para continuar una táctica expansiva en el Tercer mundo.